El artista plástico Salvador Jiménez Donaire, quien formó parte de la decimosegunda promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, ha inaugurado su exposición individual La quietud es la raíz de todas las cosas en el Torreón Fortea de Zaragoza. La muestra está integrada por unas 40 obras, entre dibujos y pinturas realizadas en papel japonés y madera, trazando líneas en oro, cobre y plata, así como esculturas en alabastro rosa y blanco procedente de Fuentes de Ebro con intervenciones en oro, que según el artista “se mueven entre lo monótono y lo hipnótico, lo sistemático y lo manual, perseverancia y agotamiento, y son planteadas como espacios de pausa y contemplación: lapso potencialmente restaurador en nuestro mundo de pantallas, excesos (de informaciones y datos) y velocidad. Frente al cortoplacismo, el cambio continuo y la permanente sensación de vivir fuera de plazo, en mi trabajo aspiro a experimentar la duración que cataliza la experiencia estética bajo la forma de unos tiempos otros: tiempo entregado, tiempo pausado, tiempo de espera, tiempo mirado… Así, el papel es cuidadosamente teñido con pigmentos minerales y naturales, las piedras son lijadas a mano durante días hasta que su superficie queda lisa y pulida y cada una de las líneas incisas en las piezas encarna tiempo y esfuerzo: entrega serena”.
El título de la muestra es un extracto de El libro del Tao, en el que su autor, Lao Tsé, aboga por la reflexión inactiva y defiende la quietud como la mejor de las formas para estar en el mundo. La quietud es la raíz de todas las cosas estará abierta al público hasta el día 24 de abril.
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