El cantautor Alberto Guerrero, quien formó parte de la segunda promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, acaba de publicar el Ep Un caramelo y una doctrina, un trabajo con un título en el que dos términos aparentemente inconexos se entrelazan. El primero, un símbolo de placer efímero y sencillo, se convierte en el reflejo de nuestra búsqueda. La doctrina se presenta como una guía ética. Aquí, la indulgencia cede paso a la disciplina, y las recompensas se postergan en aras del conocimiento y la realización de un significado duradero ¿Hay alguna verdad más cierta que los Derechos Humanos? Se crea un paisaje de contradicciones. ¿Cómo equilibramos la pasión por el caramelo con la fidelidad a la doctrina? ¿La doctrina dominante se basa en la constancia en ese azúcar? ¿o simplemente todas las doctrinas cuentan con esa ilusión efímera? ¿Existe una tercera, cuarta o quinta opción o todas son versiones de esta dualidad? Navegar entre la gratificación momentánea y la búsqueda de alguna verdad. Somos tanto observadores como actores en un escenario cambiante. El Ep ha sido grabado en La Espartería de Córdoba con Pedro Cantudo a los mandos. La fotografía que lo ilustra es de Manuel Torres, y el diseño de la portada es de Jaroriro. La letra de Nana del Olivo es de Elena Vecino.
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