El fotógrafo Braulio Valderas presenta su exposición Miradas al alma, un repaso por treinta años de retratos a personajes, famosos y anónimos, que han pasado por el objetivo de su cámara. Esta exposición, de entrada libre, estará abierta al público en la galería Espacio Gala de la Fundación Antonio Gala desde las 12.00 horas del día 3 de abril hasta el 11 de mayo de 2025.
El propio Valderas define así la muestra Miradas al alma: «La fotografía siempre ha sido un reflejo del momento, una ventana hacia la realidad de los otros. Con esta exposición, no solo busco capturar la esencia de mis sujetos, sino también reflejar el duro perfil del alma del ser humano. Cada retrato que he tomado es, en su núcleo, un acto de resistencia y de visibilidad, especialmente en tiempos donde tantas voces se desvanecen en el ruido colectivo.  Mis retratos no son simplemente imágenes, son testigos de realidades que muchas veces se ignoran o se marginan. Como fotógrafo, mi compromiso no está simplemente en la técnica, sino en el mensaje que cada imagen transmite. A través de mis lentes, intento poner frente a la cámara a aquellos que están en los márgenes, a los olvidados, a los que luchan día a día por un lugar en la sociedad. Porque en cada rostro hay una historia, en cada gesto hay una reivindicación.  En estos tiempos de polarización y de constante cambio, la fotografía se convierte en una arma poderosa para la denuncia. No se trata de capturar una imagen estéticamente agradable; se trata de visibilizar las luchas, de dar espacio a las identidades que han sido históricamente silenciadas. Desde los ojos sin futuro de un desheredado hasta la mirada nostálgica de un escritor al final de su vida, cada retrato que he capturado lleva consigo una carga emocional y política, invitando al espectador a reflexionar sobre las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad. Este proyecto es una exposición de retratos y una invitación a ver más allá de la superficie. A mirar a las personas no solo como individuos, sino como parte de una historia colectiva que está siendo escrita ahora mismo. El compromiso social y político en mi trabajo no es solo una elección estética, sino una necesidad. Siempre he entendido la fotografía como una herramienta de denuncia, una forma de mirar hacia donde otros no son capaces y así sentirme como el girasol que mira hacia el ocaso».