La localidad almeriense de Villaricos ha sido escenario de un concierto único, que convirtió nuevamente la pata del muelle de Cala Verde en el marco de la actuación de Guillermo Fernández, quien fue residente de la quinta promoción de la Fundación Antonio Gala. La noche sirvió para homenajear, en esta ocasión, al escritor Antonio Gala, fallecido el pasado mes de mayo, y a quien le unía un importante vínculo. Su libro La Soledad Sonora dio título al concierto, ofrecido desde el mar hacia el público en la orilla. De hecho, durante el concierto, sonó la voz en off de Gala “sobre una pieza musical que compuse hace años titulada Esperanza en Las Puras y él me grabó la voz del texto que da introducción a la pieza para ponerlo en un disco”, explicó el músico. La pata del muelle de Villaricos, que sigue emergiendo del mar, es el único vestigio visible que se conserva del moderno cargadero mecánico que se construyó en Marsella hacia 1914. La ‘pata del muelle’ lleva ahí más de un siglo. Y sirvió de escenario para una noche inolvidable para el público.
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