La escritora Ángela Álvarez Sáez, quien formó parte de la cuarta promoción de jóvenes creadores de la Fundación Antonio Gala, acaba de publicar el libro Los bosques violentos con la editorial Las migas también son pan. Se trata del debú en prosa de la escritora, después de publicar catorce libros de poesía, y es un libro nacido de la enfermedad rara diagnosticada a su hija, Perthes, y también de su relación con la escritura y la poesía. Está prologado por la escritora Marta Sanz, quien ha escrito que «Los bosques violentos cuenta lo más terrible que se puede contar. Lo obsceno. La literatura es un camino que a veces se va estrechando hasta conducirnos a la raíz minúscula y fea del mal. De un mal. Presenciar lo más terrible: el dolor agudísimo de una hija. La madre que escribe comprende, entonces, que el cuerpo duele cuando no funciona, que el cuerpo se hace presente cuando no funciona y en esa presencia disfuncional se desestabiliza “el mecanismo de dios, su obra perfecta”. Supongo que Ángela Álvarez Sáez llama dios a la naturaleza. Supongo que, asimismo, es consciente de que el cuerpo aparece también en los placeres extremos».
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