Hoy es un día de gozo sin ninguna sombra. Abro esta nueva puerta por la que todos estáis invitados a entrar. Empezamos una vida en común: la fecundación cruzada, la recíproca enseñanza, el compartido crecimiento…
Sois mi esperanza más grande. Sólo os pido a cambio a todos una cosa por boca de esta casa, que es vuestra: pone me ut signaculum super cor tuum (ponme como una señalita sobre tu corazón).
Sois mis niños, que formáis parte de una familia que ya no es pequeña y que os sonríe. Quienes os antecedieron están pendientes de vosotros, seguros de que no vais a defraudarlos. Ellos son vuestra peana y vuestro ejemplo. Y, por encima de todo, sois nuestra nueva alegría.
Sed felices aquí. Cumplíos como sois, porque para eso os recibimos. No para daros sino para que nos deis. No para cambiaros sino para que seáis más cada uno que nunca, más vosotros que nunca. Porque de nuestra diferencia se enriquece esta casa, y con el trabajo de cada uno se multiplica el trabajo de todos. De vuestra convivencia aquí va a depender el mañana de todos. Un mañana que nos va a llenar de orgullo: a vosotros, a Córdoba y al mundo, de cuyos muy distintos lugares llegáis hoy. Podéis estar seguros. Lo mismo que yo lo estoy, porque sois mi regalo más hermoso.
No puedo esperar más de lo que hoy espero. Y mi única tristeza es no saber expresar como quisiera la alegría que siento.
Sed bienvenidos para siempre. Venís para quedaros. Por ser los dueños de mi corazón os doy las gracias en este hermoso día. Y os bendigo.
Alejandro Sanz
Don Antonio:
Muchas gracias por darnos la oportunidad de entrar, y participar si se puede, en este Blog
Carlos
Hace mucho de esto, siendo joven e impulsivo y creo que en Córdoba, en mitad de algún acto queriéndote agradecer tu literatura te regalé lo primero, y único, que encontré a mi alcance: un bolígrafo. Ha pasado mucho, casi demasiado, bueno pues te lo volvería a regalar. Un abrazo.